Para los que en este verano de 2011 se encuentren de paso por Italia, se abre la posibilidad única, de participar en los eventos del 150 aniversario de la unificación de Italia.
El 11 de septiembre dará fin una de las exposiciones más ambiciosas de este año de celebraciones. Se trata de «La bella Italia, arte e identidad de las ciudades capitales», un ejercicio por reunir muchas de las obras capitales del arte italiano, que honra al comité que ha gestionado uno de los cumpleaños más festejados (y al mismo tiempo cuestionado) de la historia de Italia.
El proyecto recorre las obras maestras del arte y cultura de Italia a través de las que fueron en su día capitales preunitarias de Italia, o de los reinos y territorios que la conforman hoy en día: : Turín, Florencia, Roma, Milán, Venecia, Génova, Bolonia, Parma, Módena, Nápoles y Palermo. El objetivo es enorgullecerse de la diversidad italiana para fortalecer la imagen de unidad, y entender esa diversidad como una ventaja, y no como una losa que divide, si no que suma.
La sede de la Scuderie Juvarriane della Reggia (caballerizas de Filippo Juvarra) en la localidad de Venaria Reale (provincia de Torino) alberga hasta el 11 de septiembre la muestra. donde no faltan los grandes artistos que han macerado Italia: Giotto, Beato Angelico, Donatello, Botticelli, Leonardo, Rafael, Miguel Angel, Correggio, Bronzino, Tiziano, Veronese, Rubens, Tiepolo, Canova, Hayez, Parmigianino, Velazquez, Bernini entre otros muchos.
Más de 350 obras de arte provenientes de los principales museos de Italia y del mundo entero, y de colecciones privadas nos cuentan historias sobre la identidad de las principales culturales italianas. Cada capital se representa a través de obras de arte, dicumentos y objetos impregnados de un cierto carácter identitario. Así Turín es la Armada, la metalurgia, la Corte; Florencia es la fundadora de la lengua y del arte, con Dante, Giotto, Donatello, Botticelli, Michelangelo; Roma es la gloria de la antigüedad clásica y de la Autoridad religiosa (dos elementos relevantes en la unificación de Italia); Milán es (como no) Leonardo da Vinci y la religiosidad de los Borromeo, el Iluminismo, y el dialogo constante y fecundo con Europa; Venecia es la gran pintura de Tiziano y Veronese, y el perfume de Oriente, el mito del Buengobierno y de la ciudad inimitable. Y después Génova, rica y bella capital financiera en la Europa de la Contrarreforma y de los absolutismos, la ciudad que ha sabido transformar el provecho financiero en los Rubens, Van Dyck, y los palacios más bellos de la Cristiandad. Bologna, es representada como la segunda ciudad del Estado Pontificio, y el prestigio de su universidad y de su ideal clásico que de Rafael llega hasta Guido Reni.
Parma y Modena son arte y coleccionismo de los primeros mecenas y finalmente las dos capitales del reino de las Dos Sicilias, Nápoles y Palermo.La primera es la Nápoles de los Aragoneses y los Borbones, de San Gennaro, de los Lazzari y de Masaniello; mientras que Palermo simboliza la obra del emperador Federico, de los feudos, y de la autonomía constantemente reafirmada y constantemente también cuestionada.