Trastevere….su nombre ya nos indica donde se ubica. Sin más complicación significa «al otro lado del río Tíber».
Aún quedan mucha herencia del pasado rebelde del barrio, siempre enfrentado a Roma, históricamente con etruscos hostigando al otro lado del Tíber, o con asentamientos judíos o sirios; socialmente con un populacho forjado por marineros y pescadores; e incluso lingüísticamente con un dialecto más áspero. No en vano siempre se han mirado las dos orillas con recelo.
Y es que el Trastevere pasó de ser un barrio popular lleno de trattorias y bohemio a un barrio chic, caro y que si bien se ha convertido en uno de los puntos más visitados por los turistas, no ha perdido parte del encanto del barrio romano que vive la vida con una intensidad digna de admirar.
Pese a formar parte de la ciudad, la frontera fluvial del Tíber hacía que los propios vecinos del Trastevere dijeran expresiones como «voy a Roma» cuando cruzaban al otro lado.
Perderse entre las callejuelas sin rumbo nos permite descubrir plazas encantadoras y secretos de la vida romana que no salen en la guía. La noche y el día son igual de atractivos para el turista, ya sea paseando entre las casas de color ocre del Trastevere, o descansando en las terrazas animadas del barrio.
No es una Roma de palacios fastuosos, de mármoles brillantes ni monumentos exuberantes, si no una Roma que según nos alejamos de la plaza de Santa María se parece mucho al entramado medieval de callejuelas, casas bajas y ambiente popular.
Santa María in Trastevere
Corazón del barrio, la plaza y la iglesia de Santa María in Trastevere son el principal monumento de famoso barrio romano. La fuente de la piazza fue renovada por Carlo Fontana en 1692.
Primera iglesia cristiana oficial, fue edificada por el Papa Calisto en el 221 d.C. si bien en el siglo XII fue reconstruida por el Papa Inocencio II. Los mosaicos dorados de la fachada y el típico campanario románico respiran «romanidad» y son de bella factura.
Aprovechando la gratuitad de la visita al interior de la iglesia, podemos admirar los frescos restaurados por Cavallini, y fijarnos en las columnas del templo, algunas de las cuales pertenecen al templo romano de las Termas de Caracalla.
Por el día la plaza se convierte en un museo al aire libre donde los artistas exhiben sus obras, y por la noche el ruido viene de las gargantas de los transeúntes que sacian su sed con cervezas improvisadas.
San Giovanni dei Genovesi, del XIX pero con un claustro del XV, columnas octogonales de mármol
Basílica de Santa Cecilia in Trastevere
Santa Cecilia in Trastevere, patrona de la música y mártir (una más), víctima del ajusticiamiento por parte de los romanos antes de la instauración de la cristiandad en el imperio. Aquí, en el lugar donde se asocia su tortura se alza la iglesia en su nombre. Una estatua de la santa representa su cuerpo tal y como se halló en la tumba en 1599, en el subsuelo del templo.
Todo el anillo de calles en tono a Santa Cecilia es el mejor ejemplo de como la evolución turística margina y expulsa a los comerciantes y a los artesanos de toda la vida ante la subida del precio de los alquileres que ahora pagan restaurantes con mejor bolsillo.
Orto Botánico de Roma
Por si fuera poco en el Trastevere, otra de las recomendaciones poco habitual en las guías turísticas es el Orto Botánico. Se encuentra en el Largo Cristina de Svezia 24, y de su tamaño, 12 hectáreas uno se puede hacer cargo de la cantidad de plantas y flores que podemos encontrar.
Del siglo XVI, debemos la obra al Papa Alejandro VI, organizada en torno al antiguo jardín del Palacio Corsini, donde se cuidan más de tres mil especies, un bosque autóctono mediterráneo y la colección de Orquídeas. Durante el recorrido destaca el curioso Giardino degli Aromi, un jardín de esencias y olores pensado para las personas invidentes, más sensibles al disfrute de los aromas.
Qué hacer
Una de las actividades por excelencia de cada fin de semana en el Trastevere es pasear por el Mercado de Porta Portese. Se trata del más grande y popular del barrio, donde cada domingo por la mañana se concentra una amalgama de gente que va desde el turista al curioso, desde el romano que se da un paseo por la ciudad para buscar discos, libros o antigüedades, pasando por las gentes del Trastevere que vienen a comprar productos del día a día como comida, ropa, artículos para el hogar, muebles, o juguetes. La alfombra de puestos se extiende a lo largo del Viale del Trastevere, entre Piazza Hipolito Nievo, via Ettore Rolli y Via Portuense.
Pero las mejores vistas del barrio se logran subiendo dirección de la colina Gianicolo, previo paso por la iglesia de San Pietro in Montorio. Desde aquí las vistas alcanzan hasta el suntuoso edificio de Vittorio Emmanuele II y el Castillo Sant’Angelo, con los tejados y cúpulas de Roma asomando al cielo
Al lado de la iglesia está la Academia de España en Roma, cuya sede está ubicado en el antiguo convento franciscano, albergando otro de los monumentos esenciales del Trastevere, El tempietto de San Pietro in Montorio, obra del arquitecto Bramante a inicios del XVI.
Nos vamos del Trastevere pasando por la Isla Tiberina…
Irse del Trastevere significa para los que viven una temporada, encaminarse hacia un exilio, en un barrio donde los más «trasteverinos» se jactan de no haber pisado nunca los «sampietrini», los adoquines de la otra orilla del Tíber. Con menor drama nosotros, simples turistas cruzaremos por uno de los puentes que abandona el Trastevere. Si lo hacemos por el Ponte Sisto debemos saber que se trata de un puente construido durante el papado de Sisto IV entre 1473 y 1479, y que cruza desde Piazza Trilussa hasta la via dei Pettinari.
Si optamos por atravesar el río haciendo parada en la Isla Tiberina debemos atravesar el Ponte Cestio, hoy llamado San Bartolomeo, cuya primera estructura es del siglo I a.C., y restaurado en el IV. Hoy en día permanece una de las arcadas originarias, engarzada en el puente reconstruido en el siglo XIX.
Tiberina tiene como atractivos la basílica de Santo Bartolomeo y el Ospedale Fatebenefratelli. En la isla se llevaron a cabo tratamiento de enfermedades desde el siglo III a.C., y hay constancia de la ubicación de un templo a Esculapio, dios griego de la medicina. Tras la visita a la isla tomamos el Puente Fabrizio que conduce al centro histórico de Roma. Ponte Fabrizio, el puente de piedra más antiguo del Tíber, 62 a.C. Llamado también Ponte dei Quattro Capi, por la columna rematada con cuatro cabezas….
Noantri, la fiesta del Trastevere
Con el calor de Roma llega una de las fechas más evocadoras de la máxima expresión de la italianidad. Para bien o para mal la religiosidad es una de las características de este país que vive las tradiciones con mucha intensidad, mostrando una cara doble, la de vivir anclado en el pasado, al mismo tiempo que sabe disfrutar de los placeres del presente. El 16 de julio el Trastevere llega a la ebullición de sus vecinos, que en volandas sacan a su patrona, la Virgen del Carmen en un festejo conocido como Noantri, -que deriva de Noi Altri (Nosotros)-, aludiendo a esa diferenciación que en todo momento marcan los habitantes del Trastevere con respecto a la capital romana. Desde la iglesia de Santa Agata donde se custodia, la virgen marcha llevada por los cofrades hasta San San Crisogono donde la espera la orden de los carmelitas.
Donde comer. Restaurantes del Trastevere
Comer se puede comer bien y barato, pero como en toda ciudad turística hay que buscar porque al tratarse de uno de los rincones más transitados de Roma, podemos pagar caro en función de donde queramos comer. El restaurante da Giovani al norte del Trastevere permite degustar comida típica de la gastronomía romana. Uno de los más clásicos es Da Meo Pataca, ilustre restaurante que según avanza el día pasa a recibir a los que quieren salir de noche y tomar copas. Si buscamos comer junto a la iglesia de Santa María podemos optar por Galeassi, y si buscamos darnos un buen homenaje el restaurante Alberto Ciaria es uno de los más prestigiosos.
Donte tomar algo. De fiesta por el Trastevere
Cuando la noche llega el Trastevere comienza a sentir un rumor armónico fruto de transeúntes autóctonos y turistas que en procesión acuden atraídos como en el cuento del flautista de Hamelín. La calle es un hervidero y las terrazas y los bares se llenan, como el Mítico San Calisto o el Big Mama el bar del blues por excelencia en Roma. En Piazza Trilussa 34, el ambiente fashion, tacones de aguja y gente bien del Friends es una opción sugerente.
Otras dos propuestas algo diferentes son Freni e Frizioni (Via dle Politeanna 4-6), un antiguo garaje con decoración clásica que se ha reconvertido en un local donde tomar algo a un buen precio rodeado de libros y obras de arte. Y Lettere Caffé, en San Francesco a Ripa 100, donde conviven los recitales de poesía, conciertos en vivo y mucha animación.
Como llegar al barrio
Al Trastevere se debería llegar siempre andando, disfrutando de un agradable paseo, ya sea desde el Lungotevere que recorre el Tíber desde el Vaticano, o cruzando los puentes que engarzan el barrio romano con la otra rivera monumental del río.
Aún así, si venimos de más lejos o con más prisas los autobuses que nos acercan al Trastevere son el 23, 280, 630, 780.