La Región Trentino – Alto Adigio (Adige en italiano) está encorsetada por el arco de los Alpes y constituye el acceso italiano a la Europa Central. No es baladí este dato ya que por un lado su reclusión geográfica le ha servido para mantener una identidad cultural muy marcada y por otro ha visto pasar por el camino natural que lleva al centro de Europa tanto a las tropas romanas camino Rumanía, como a las «hordas de bárbaros» que tomaron Roma. A medio camino entre la cultura italiana y la alemana, la encrucijada del Trentino supone un puente cultural entre dos concepciones muy diferentes de Europa.
El Trentino Alto Adigio lo forman las provincias autónomas de Trento y Bolzano y su población es entorno a 1 millón de habitantes que viven en un entono montañoso (un 75% de su superficie está por encima de los 1.000 metros), repleto de centenares de pequeños lagos.
Alejada de los circuitos turísticos durante mucho tiempo, la moda del esquí ha cambiado la economía del Trentino, que ahora vive esencialmente del turismo, sin olvidar una tradición vinícola muy arraigada y apreciada.
Algo de Historia del Trentino Alto Adige
Hasta 1918 el Trentino-Alto Adige estuvo integrado en territorio del imperio austrohúngaro, ya antes contaba con unas prerrogativas de autogobierno forjadas a partir de la Restauración de 1815. El tratado de Saint Germain fracturó a la población culturalmente germanofila, y la llegada del fascismo de concentró todos sus esfuerzos en «italianizar» el espacio ganado con el nuevo dibujo de Europa. Con la caída de Mussolini Hitler recupera el control de la región hasta que los Aliados desembarcan en Italia y avanzan hacia Berlín. La compleja situación que se presentaba después del armisticio, con una población dividida, y con un binomio cultural italo-germano pero con una identidad propia, provocó que los gobiernos italianos de la posguerra concedieran estatutos de autonomía para calmar los anhelos separatistas del Trentino.
Una de las características peculiares del Trentino es la coexistencia de tres grupos lingüísticos, junto al grupo italiano están los germanohablantes (unas 280.000 personas) que viven en la provincia de Bolzano, y los que hablan el ladino (sobre los 18.000) en los Dolomitas. De la pluralidad idiomática surgieron las primeras manifestaciones en pos de de concesiones de una autonomía propia que quedó reflejada en la constitución italiana gracias a las esfuerzos del acuerdo Degasperi – Gruber, firmado en París en 1946, tras la segunda guerra mundial. En la práctica, Bolzano y Trento gozan de amplios poderes en los sectores económico, social, cultural y urbanístico.
Descubrir el Trentino Alto Adigio
Montañas reinando en paisajes nevados en invierno y verdes en verano (los Dolomitas son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco), valles horadados por arroyos de generoso cauce, lagos que devuelven el azul de un cielo puro, pueblos de postal que no cambian ni las sombras de sus campanarios, los picos de los Dolomitas de Val di Fassa, Brenta, Val Gardena, Val di Fiemme y Pale de San Martino, restos prehistóricos, castillos medievales y monumentos que mezclan el estilo gótico austriaco con el renacentista italiano, y localidades termales con los tratamientos de relax y cuidados del cuerpo de vanguardia como los de Merano, Lèvico Terme, Peio, Rabbi y Comano Terme.
No podía faltar el oro blanco, cientos de kilómetros de pistas para esquiar. Madonna di Campiglio, Canazei, Moena, San Martino di Castrozza aúnan deporte por el día y diversión por la noche.
Qué ver en el Trentino Alto Adige
– Lago de Molveno
– Ciudad de Trento con su catedral románica – lombarda y el castillo Buonconsiglio
– Pistas esquí de Madonna di Campiglio, Val di Fassa o Marmolada
– Castillos Tirolo, Roncolo, Apiano y Beseno
– Santuario de Montagnaga di Pinè y Madonna del Monte di Rovereto
– Bolzano, la «Puerta de las Dolomitas»
– Lagos, como el de Rasia, con el pueblo sumergido y el campanario sobresaliendo del agua.
– Ciudades de Rovereto y Riva del Garda
– Altopiano della Paganella, Dolomiti di Brenta, Lago di Molveno
– Termas de Comano (en los Dolomitas di Brenta)
Qué hacer en Trentino Alto Adige
Los deportes de invierno en todas sus variantes, esquí, snowboard, patinaje sobre hielo, o la escalada en roca y trekking de diferentes niveles son la opción deportista del Trentino. La región ofrece uno de los ejemplos de infraestructura de deportes de inverno más innovadores. Con remontes de última tecnología, rápidos, veloces y confortables, que hacen que sus 800 kilómetros de pistas estén siempre vestidos de gala, en perfectas condiciones para que los trazados de todo tipo de dificultad estén impecables durante toda la estación de esquí.
Si estamos en Navidad podremos vivir los Mercadillos que animan las ciudades alpinas, con productos locales, música y ambiente navideño.
Un rico patrimonio de arte, cultura y tradiciones representado en dos importantes centros, Trento y Rovereto. Trento, ciudad del Concilio, que conserva en sus prestigiosos monumentos los testimonios artísticos e históricos del cruce de la cultura italiana y la centroeuropea. Rovereto por su parte puede presumir de acoger el MART, museo de arte moderno y contemporáneo, cuyos eventos y muestras son un gran reclamo internacional.
Impensable no probar la gastronomía local: speck, kaminwurz, platos de polenta, sopa «Bro Brusà», “strudel” (torta de manzana), y los vinos del Trentino.
Rutas y excursiones como el “Sentiero della pace”, el lago de Garda o la «ruta de la manzana» en el Val di Non.
Poblaciones de verano en el Trentino
Caldonazzo, Cavalese, Canazei, Cles, Dimaro, Folgaria, Fondo, Lavarone, Molina di Ledro, Levico Terme, Molveno, Pejo, Pinzolo, Riva del Garda, Rovereto, San Martino di Castrozza, Terme di Comano, Torbole, Valle del Chiese e Valli Giudicarie
Poblaciones de invierno
Andalo, Baselga di Pinè, Brentonico, Madonna di Campiglio, Folgaria, Folgarida, Lavarone, Levico Terme, Marilleva, Moena, Monte Bondone, Passo Rolle, Passo Mendola, Polsa, Predazzo.