Sin faltar a su cita anual el primer domingo de septiembre, la Regata Histórica de Venecia, la más tradicional y antigua fiesta de la Laguna (incluso más que el Carnaval) vuelve de nuevo.
Historia de la regata
La primera regata es de hace siete siglos, allá por 1315, durante el gobierno del Doge Giovanni Soranzo. En aquel tiempo, la República de la Serenissima festejaba así las victorias militares, homenajeando también la llegada de mandatarios extranjeros que acudían al centro político y económico del Mediterráneo a establecer acuerdos comerciales. La llegada de la reina de Chipre, Caterina Cornaro se señala como el inicio de la hegemonía veneciana en el Mare Nostrum.
Hoy en día la fiesta vive dos momentos cumbres, el Corteo Storico y las regatas. El primero supone un encuentro cálido y colorido a través de un desfile y procesión acuática de Bissone, del Bucintoro y de las barcas de la sociedad de voga veneziane. Se trata de una fiel representación histórica en la que participan los gondoleros de la ciudad.
Conviene señalar que si bien en su origen todos los ciudadanos de los territorios controlados por la República de la Serenísima podían participar y competir, actualmente sólo pueden participar regatistas venecianos.
Las regatas
La competición se divide en varias regatas siendo la primera la de los niños (pupparini) que a bordo de unas pequeñas embarcaciones a dos remos ya apuntan maneras de cara a convertirse en futuros campeones. A continuación viene la carrera conocida como donne su mascarete, llamada así por la característica proa de las embarcaciones ligeras usadas en su tiempo por las cortesanas de Venecia, y hoy convertida en la competición femenina. La tercera regata se espera con mucha expectación ya que los más hábiles y fuertes pugnan por hacer sus carolas (embarcaciones de 6 remos que se empleaban para el transporte de mercancía en los trayectos entre las islas de la laguna) las más veloces.
Otra de las competiciones anexas de la Regata Histórica es la disputa entre los campeones de remo de góndola a dos remos, que es sin duda la que implica mayor destreza técnica frente a la fuerza que define las otras regatas. Los amantes del remo siguen con atención esta carrera, animando cada tiffoso a su preferido. Ganar en Canalasso, como los lugareños llaman al Gran Canal de Venecia, es el máximo éxito deportivo, y un honor para todo regatista veneciano.
El recorrido que cubren durante la regata nos enseña las principales bellezas de la Venecia, desde los jardines del Castillo, al Gran Canal, Rialto, y la llegada frente al palacio de Ca’Foscari.
Tal y como marca la tradición, los ganadores de las regatas son premiados con la bandera roja, y los siguientes tres clasificados obtienen respectivamente la bandera blanca, verde y azul, trofeos que en la práctica se han sustituido por medallas que atestiguan la victoria y participación en la Regata Histórica Veneciana. Hasta hace poco otro de los premios era la entrega de un cerdito vivo, que se exhibía en una góndola del desfile. La polémica de los grupos de defensa de los animales derivó en el fin de esta particular tradición.