Resulta impensable visitar Roma, y en concreto el Vaticano y no sentirse tentado de visitar los Museos Vaticanos. Sin duda es una colección de tesoros del arte italiano y europeo, coleccionados durante siglos por los diferentes papas, y que abarca desde el arte egipcio a un maestro del siglo XX como Matisse.
Historia de los Museos Vaticanos
Desde 1506, el Papa Julio II abre las puertas de los jardines del Belvedere para que artistas y estudiosos puedan admirar las obras escultóricas.
En realidad los Museos Vaticanos son una ciudad del arte que se divide en diez museos: La Pinacoteca, El Museo Gregoriano Etrusco, El Museo Pio Cristiano, El Museo gregoriano Profano, el Egipcio, El Museo Chiaramonti (arte romano y griego), El Pio Clementino (escultura antigua), la Galería degli Arazzi, El Museo Etnológico…
Si descuidamos la vista podemos distraernos y perder alguna de las joyas más importantes de la Historia del Arte, así que lo más recomendable es contar con una audio-guía, o reservar una visita guiada. Desde luego si venimos con los deberes hechos de que queremos ver podremos centrarnos e ir directos a ver las obras más destacadas.
Ruta por los museos Vaticanos – Qué ver?
El museo comprende tanta densidad de arte que podemos ver lo más imprescindible en 45 minutos, o perdernos hasta saturarnos de arte en más de cinco horas de visita. Por tanto si venimos con el tiempo justo y las ideas claras mejor centrarnos e ir directo a nuestro top mapa en mano. Si podemos volver a los museos mejor dividir la visita y centrarnos en una de las rutas que se nos plantea, aprovechando para entender mejor las obras, disfrutando a través del contexto.
La visita a los museos comienza con un gran alboroto de gente que se agolpa en la entrada. Si ya tenemos la entrada comprada accederemos directamente hasta un punto de información (después de pasar por el control de seguridad) donde intercambiamos nuestro papel de reserva por las entradas físicas. Con ellas nos dirigimos a los tornos donde el sistema de lectura lee el código y entramos sin más problemas.
Una vez dentro de los museos encontramos una escalera circular de acceso que expone algunas obras de carácter antropológico. Las primeras salas de exposición están dedicadas a los objetos de la colección del Museo Egipcio, interesantes por los sarcófagos, momias y estatuas.
Enseguida llegamos al Cortile della Pigna, cuyo nombre lo hereda de la inmensa piña de bronce romana encontrada en las termas Agripa, que preside uno de los lados, sobre una escalera diseñada por Miguel Ángel. El jardín es un punto de relax para poder ir asimilando todas las obras del Museo, y por ello suele haber mucha gente en la cafetería o junto al gran globo terráqueo.
Desde el Cortille della Pigna retomamos la visita por el corredor conocido como el Museo Chiaramonti, que continua con la Galería Lapidaria. El gran número de bustos y esculturas romanas y griegas abruma un tanto, pero conviene dedicar un rato a valorar la perfección con la que los maestros escultores perfeccionaban las facciones, los cabellos y las túnicas.
El espacio del museo que viene a continuación es el Museo Pio Clementino, y es en el Patio del Cortile Ottagono donde los visitantes se agolpan para ver el Laocconte, si bien otras célebres obras clásicas como el Torso del Belvedere o el Apolo lo secundan. La decoración de las siguientes salas, la sala Rotonda y la Sala a Croce Greca (de Cruz Griega) maravilla a cualquiera.
En las salas de la Pinacoteca las obras de Giotto, Guido Reni, Caravaggio, Leonardo da Vinci, Van Dyck, Pinturicchio o Rafael engalanan las paredes como si de «oro artístico» se tratase.
Si dejamos de seguir a la marabunta, nos percataremos que el Museo Etrusco casi pasa inadvertido, si bien sus piezas nos sirven para entender el pasado previo al advenimiento de la República de Roma, con ajuares, armas y objetos de una civilización con un carácter bien marcado
La Galería de los Candelabros y la Galería degli Arazzi con sus fondos de arte etnológico, sacro y profano preceden a la interminable Galería delle Carte Geografiche, es decir, de los mapas geográficos antiguos. Impresiona ver hasta que punto los romanos lograron trazar una carta geográfica avanzada, donde se detallan ciudades, mares, montes y muchos otros elementos que permitían elaborar un registro del «Mundo Conocido». Estos cuarenta gigantescos mapas se elaboraron entre 1580 y 1583.
Al acabar los pasillos llegamos a la Sala dell’Immacolata, desde donde hay un atajo hacia la Capilla Sixtina, si bien es recomendable no saltarse las estancias de Rafael.
El complejo de las estancias de Rafael comprende un ciclo de frescos de temática histórica y teológica, entre los que destaca la Escuela de Atenas, La disputa del Sacramento y El Parnaso.
Las cuatro estancias, a saber Estancia de Constantino, Estancia de Heliodoro, Estancia del Sello (o Sala de la Signatura) y Estancia del Incendio de Borgo, que para la posteridad conservaron el nombre de su maestro ejecutor (que los pintó junto a sus discípulos entre 1508 y 1524), eran parte de los aposentos del Palacio Pontificio, utilizados por Julio II della Rovere (Papa entre 1503 y 1513) como su residencia personal.
Tras esta condensación de frescos pasamos a un ambiente bien diferente, los Apartamento de los Borgia, donde actualmente se exhiben obras de arte más contemporáneas como los de la Sala Matisse.
Miguel Angel frente a Rafael – La batalla por los frescos de la Capilla Sixtina
Los dos ambientes más destacados de los Museos Vaticanos son las estancias de Rafael (los aposentos del Papa Julio II) y la capilla Sixtina, obras cumbres del Renacimiento y escenificación de la disputa artística de los dos grandes maestros de la época, Rafaél Sancio y Miguel Ángel.
Los celos artísticos posibilitaron el esfuerzo titánico que dio lugar a los frescos de la Capilla Sixtina. Bramante, valedor de Rafael sugirió al Papa que fuese Miguel Angel quién ejecutase las pinturas de la bóveda de la Capilla. Miguel Ángel, genial escultor pero con poca experiencia en pintura no era a priori la mejor opción, pero su fracaso permitiría que Rafael quedase como el gran maestro. Sin embargo la ejecución con las escenas del Génesis (1508-1512), y el resultado fue tan apreciado por el Papa que no hubo vuelta a atrás y el Pontífice encargó el Mural del Altar Mayor que Miguel Ángel acabó en 1541. Las figuras del Juicio Final, desnudas y más descarnadas que la Génesis de la bóveda no fueron tanto del agrado e incluso se cubrieron las partes desnudas con hojas de parra.
No olvidemos que la sala de la Capilla Sixtina es el lugar donde se celebra el cónclave para la elección del nuevo Papa, con la famosa fumata negra y blanca.
La visita a la sala Sixtina se hace por grupos que van gestionando los conservadores del museo, que intentan hacer silencio ante el vocerío y las expresiones de sorpresa que se concentran en la habitación. Mucho más pequeña de lo que parece, en la Capilla Sixtina no paramos de girar la cabeza y señalar los frescos que se reparten entre las paredes y el techo,, reconociendo muchos de ellos, que forman parte de las imágenes universales del arte.
Una vez que nos hemos saciado, o que casi el empuje de los turistas nos ha hecho salir de la Capilla Sixtina, seguimos la visita por los Museos Vaticanos por una serie de salas interesantes, pero que normalmente quedan subyugadas a la exaltación de conocer el punto principal. Los Museos de la Biblioteca Apostólica Vaticana, el de las Carrozas cierran un recorrido que nunca se borra de la memoria.
La tienda de souvenirs y recuerdos de los Museos Vaticanos es una buena oportunidad para hacerse con un recuerdo de las obras de la pinacoteca, entre ellos reproducciones de mapas históricos.
Consejos Visita Vaticano
Para evitar colas lo mejor es llegar pronto (el horario de apertura es a las 9 de la mañana pero a menudo incluso una hora antes hay ya colas) a las taquillas del Museo y así entrar antes de que lleguen la masa de turistas que llegan ya sean en vacaciones o fuera de temporada. La otra opción para no hacer colas es comprar las entradas online por internet antes de ir, de manera que llegaremos y podremos entrar directamente. La accesibilidad para minusválidos es excelente.
Otra recomendación es no intentar hacer fotos en la estancia de la Capilla Sixitina. Está terminantemente prohibido y está controlado por numeroso personal que al mínimo intento expulsa a los fotógrafos furtivos.
Entradas, descuentos y precios:
El último domingo de cada mes la entrada a los Museos Vaticanos es gratis, pero sólo en horario matinal, de manera que a las 12h. cierran el acceso. Los precios pueden variar pero actualmente están en 4 € para colegios, 8€ el reducido para estudiantes y 16€ la entrada normal. Si compramos los billetes de las entradas online tendrán un recargo en el precio, pero podremos indicar el día y la hora de la visita para no hacer cola. Esta opción no permite cambios por lo que hay que planificar con detalle cuando nos conviene ir a los museos vaticanos.
Horarios Museos Vaticanos:
Los museos están abierto de lunes a sábado (excepto los días festivos) con horario de visitas guiadas cada hora. 9:00 – 10:00 – 11:00 – 12:00. La última entrada es a las 16:00 ya que a las 18:00 se cierran los museos. Los últimos domingos de cada mes también está abierto y es gratis, pero solo con horario de mañana.
Cómo llegar al Vaticano
La estación de metro más cercana es la estación Ottaviano-Musei Vaticani, Línea A, dirección Anagnina (la otra opción es la siguiente parada, Cipro). Los museos están ubicados en la calle Viale del Vaticano. No es difícil orientarse porque es seguro que veremos una extensa cola que llega hasta los museos. Si compramos las entradas con antelación por internet accederemos directamente.
Los autobuses urbanos de Roma que llegan a los museos son el 49 (justo a la puerta) y el 32, 81, 982 que paran en Piazza del Risorgimento (a 5 minutos andado); o el 492 y el 990 cuya parada es Via Leone IV / Via degli Scipioni (también a 5 minutos caminando).
Top 10 – Imprescindible visitar en los Museos Vaticanos
– Sala Capilla Sixtina
-Museos egipcio y etrusco
– La Transfigurazione de Rafael
-Lacoonte y sus hijos en el Museo Pío-Clementino
– San Gerolamo de Leonardo da Vinci
– La Sala Rotonda
-El Cortile della Pigna
– Descendimiento de Caravaggio
– Los frescos de Fray Angelico en la capilla privada del Papa Nicolas V
– Galería de las Cartas Geográficas de las regiones de Italia