Siena

Piazza del Campo desde el cielo de Siena
Piazza del Campo desde el cielo de Siena

Pasar tan sólo un fin de semana en Siena, en contacto con la historia y las obras maestras del Renacimiento significa hacer un salto temporal y sumergirse en la Toscana de la Edad Media italiana.

La Siena gótica que hoy vemos fue fundada según la tradición por los hijos de Remo, Senio y Ascio en el s VIII a. C, que, huyendo de su tío Rómulo crearon un asentamiento. Es por ello que no nos debe chocar encontrar estatuas y emblemas de la Loba amamantando a los dos gemelos, por toda la ciudad. La realidad es que los etruscos ya levantaron la población que el emperador Augusto conquistó en el siglo I a. C fundando la colonia Sena Julia.

La peste que asoló Europa entre 1348 y 1350 (murió un tercio de la población de Siena) y las luchas internas sesgaron una trayectoria sin parangón que se había sustentado en la actividad comercial de la Via Francigena (El Camino de Santiago italiano que iba desde Inglaterra hasta Roma), el poder de la banca, y la pugna política con Florencia.

Enrrocada entre tres colinas, (los terzi, tres barrios) Siena acoge al visitante desde uno de los escenarios principales de la ciudad, la Piazza del Campo, que es un salón de casa donde sucede de todo. En la fiesta del Palio se pinta de los colores de las contrades, las agrupaciones que defienden el caballo que representa a cada barrio. El resto del año se llena de turistas y curiosos que no pueden fijar la vista en un sólo sitio, deslumbrados por el Palacio Público, la torre de la Mangia o la fuente Gaia.

El Duomo, tan característico con sus franjas bicolores esconde en el interior las grandes obras de Pinturicchio y Nicola Pisano, junto a una selección de mosaicos de marmol con obras del Viejo Testamento.

La Piazza del Campo y la Torre Mangia

La forma cóncava en forma de concha o de abanico de la Piazza del Campo atrae como un imán al turista, que pocas veces encontrará una forma tan característica. La organización espacial y su acabado perfecto forman parte de un concepto urbanístico novedoso, y que al igual que los teatros griegos aprovechaba la forma del terreno para generar un nuevo elemento arquitectónico más aprovechado.

La pavimentación está formada con ladrillos en formación de espina de pez, separadas por diez intervalos de piedra gris que forman nueve porciones que a su vez hacen referencia al «Gobierno de los Nueve», el periodo de máximo esplendor de Siena. Estos «radios» de franjas de mármol travertino confluyen en el desagüe pluvial central de la plaza conocido como gavinone.

En la plaza de Piazza del Campo se desarrollan las fiestas tradicionales, como el Palio de Siena, aunque originariamente fue un mercado y un espacio donde concurrían las corrientes de lluvia que bajaban de las colinas. En la plaza también se rezaba  antes de las batallas, se celebraban las asambleas, se festejaban las victorias militares, se llevaban a cabo justas y torneos, juegos de azar y malabares

Debajo de la Torre de Mangia la fuente Gaia y el Palazzo con sus obras maestras de Simone Martini y Ambrogio Lorenzetti. La organización de los edificios de la Piazza del Campo comienza entre los siglos XIII y XIV, siendo el Palazzo Publico el primero en levantarse de 1298 a 1310. Dispone de un cuerpo central, realzado sobre los laterales, y con un acabado al estilo guelfo almenado. en la fachada se pueden ver los agujeros de los «andamios» donde se encastraban las vigas de madera que sostenían el entramado. Las habitaciones del Palazzo albergan el Museo Civico y las oficinas del comune (ayuntamiento).

El único elemento que destaca en la fisonomía de la plaza es la Torre del Mangia,  un “campanile” de 102 metros que sobresale de uno de los extremos del Palazzo. Fue erigida entre 1325 y 1348, justo antes de la llegada de la peste, y su «apodo» proviene del campanero, Giovanni de Balduccio, “il mangiaguadagni” (come-ganancias, por su afición a los banquetes copiosos). La torre funciona como un enorme reloj solar.

La fonte Gaia

La fuente Gaia está en el extremo opuesto al desagüe pluvial de la plaza, y al estar encastrada debemos prestar atención para localizarla. Tiene una forma recta, rectangular, y es completamente de mármol, con decoración de relieve de Jacobo della Quercia. En el centro destaca la figura de la Virgen con el niño, que fue sustituida en 1844 por una copia ya que el tiempo la había desgastado (la original la podemos ver en el Museo de Santa Maria della Scala)

En los museos se admiran las obras de Duccio y Simone Martini, coloristas, vivas y refinadas, verdaderos iconos de la pintura italiana.

Paseando en los callejones entre el empedrado se respira todavía una atmósfera sugestivamente medieval.

En los alrededores podemos ir a descubrir las maravillas paisajísticas y artísticas de Monteriggioni, San Gimignano, el Valle de Orcia, Pienza, las Termas de Bagno Vignoni o Montepulciano.

Gastronomía toscana, simple pero sabrosa, como el ricciarelli y el panforte.

Que ver en Siena. Lo más imprescindible

Piazza del Campo

Museo de Arte

El Duomo

Palacio Cigi Saracini

Pinacoteca Nazionale

Hacer fotos al pavimento de la catedral

Subir a la Torre Mangia para ver desde el cielo la forma de concha de la Piazza del Campo

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