Restauración de la momia más significativa del convento de capuchinos de Palermo

La momia de la niña Rosalía Lombardo, hija de un general de la infantería fue víctima de la gran epidemia de gripe porcina que asoló Sicilia en 1920. La momia es la joya del grotesco museo de momias del convento de capuchinos de Palermo.

Rosalía, muerta con dos años está considerada por los expertos como una de las momias contemporáneas mejor conservadas. Hoy es noticia por estar en peligro de deterioro debido a bacterias que están comiendo literalmente el cuerpo de la momia.

El cuerpo fue momificado en 1920, por el doctor Solafia, mediante inyección de compuestos químicos pero hasta el día de hoy se desconoce la fórmula, pues se llevó su secreto a la tumba. Se piensa que la sangre fue sustituida por un compuesto químico que permitió la conservación casi perfecta de los tejidos. De esta forma, el cuerpo de la niña pasó a convertirse en la más celebre de las momias de las Catacumbas de los Capuchinos de Palermo.

Las radiografías tomadas a la momia de Rosalía revelaron que también se utilizó formaldehido. Es posible, que para preparar las soluciones, Solafia empleó agua que hoy pude estar en los tejidos de la momia y ello facilitaría la acción de descomposición de las bacterias.

La momia de Rosalia fue uno de los últimos cuerpos que se depositaron en las catacumbas de Palermo que se pueden visitar mañana y tarde. Desde el centro de la ciudad tendremos que dar un buen paseo o coger un autobus para llegar al Convento.