Agosto de 2005, un submarino llega a Milán… así podría empezar el inicio de un libro de ciencia ficción que tratase sobre un futuro donde la mitad de Italia está sumergida, y Milán tiene costa. Pero no fue el caso.
Las espectaculares imágenes del paseo del Todi por Milán extraidas del DVD «Aldilà del mare. Il sottomarino S-506 Enrico Todi e il suo museo» nos traen el recuerdo de una historia inolvidable.
La historia del transporte del submarino fue tal acontecimiento que quedará en los anales periodísticos y en la memoria de muchos italianos que vivieron la última epopeya del Enrico Toti.
El submarino cubrió su primer tramo entre Sicilia y Cremona por las costas italianas. Ya en tierra firme fue transportado por tierra desde Cremona a Milán generando una inercia de expectación que unió a los italianos, tanto a aquellos que colaboraron como voluntarios, como a los que lo vivieron con aplausos y la atenta mirada de los niños que nunca hubiesen imaginado ver un submarino en la carretera.
Como si fuere una etapa del Giro, o la antorcha olímpica recorriendo Italia desde el sur hasta el corazón de la Lombardía, el submarino recorrió como un caracol miles de kilómetros. En la página oficial del museo de la ciencia podemos encontrar el «diario de a bordo» del viaje día a día, con una galería fotográfica
La tecnología del transporte del submarino a través de la ciudad de Milán para anclarse en su destino final requirió un complejo despliegue que sirvió de experimento para futuros desplazamientos de elementos museísticos de gran tamaño.
La empresa presentaba problemas variados, como aligerar al máximo el peso del submarino o estudiar el recorrido urbano óptimo. La solución de estos problemas ha supuesto un ejemplo de capacitación exportable a futuras acciones.