Turismo por el Parque Nacional de Pollino

Cascada de Peschiera en el Parque del Pollino (Foto Diodato Campagna)

El Parque Nacional de Pollino se extiende como una frontera natural entre las dos regiones meridionales de Calabria y Basilicata, al sur de Italia. En la parte lucana el parque lo forman cuatro valles principales: el Valle del Mercure, el de Frido, el Valle del Sarmento y el Valle del Sinni, mientras que en territorio calabrés encontramos el Valle del Raganello y el Valle del Coscile.

Lo compone una sucesión de cimas montañosas que superan los 2.000 metros de altitud, desde las cuales, como si de un faro se tratase se puede ver en días despejados los tres mares que bañan el sur del país, el Jónico, el Tirreno y el Adriático. Compuesto esencialmente por imponentes bancos calcáreos que se elevan con precisa geometría sobre el paisaje circundante, el Parque de Pollino es un macizo relativamente joven, cuya historia orográfica se remonta a hace 20 millones de años como atestiguan los relieves poco castigados por los fenómenos erosivos. Gran parte del territorio presenta de hecho las típicas formaciones carsticas con numerosas grutas, utilizadas como abrigo durante el Paleolítico Superior, como por ejemplo la grotta del Romito en Papasidero con pinturas rupestres. O con abismos destacados como el de Bifurto, en Cerchiara, uno de los más profundos de Italia con sus 600 metros.

Por extensión es el Parque Nacional más grande de Italia y el nombre lo recibe del pico más alto del macizo, el pico Pollino (2.267 m), secundado por una corona de cimas entre las que destacan la Serra Dolcedorme (2266 m.), la Serra delle Ciavole(2130 m.) y la menor, la Serra di Crispo (2053 m.).

Fauna y flora del Pollino

De interés botánico pero también turístico son las siluetas del pino loricato, una especia muy difusa en todo el macizo, cuya adaptabilidad es tal que se presenta en formas variadas y extravagantes a causa del viento y el peso de la nieve, con ejemplares que llegan a los 900 años. Incluso después de morir, su tronco permanece erguido durante años, teñido de blanco a causa del sol, confundiéndose con las rocas de las que parece mimetizarse.

Al interés paisajístico de su naturaleza hay que sumar un verdadero tesoro de biodiversidad, la rica fauna compuesta de mamíferos que han visto mermada su población peninsular como el lobo italiano, muflones, ciervos o el corzo, o aves como el águila real, halcón peregrino, milano real, o el halcón borni. La mayor parte de las poblaciones son de dimensiones reducidas, encastradas en la montaña, y cuyo fuerte arraigo religiosos y por las tradiciones es visible en las comunidades de albaneses que se van asentar hace siglos aquí. Otra de las peculiaridades de la región que rodea el Pollino es la calidad de los productos gastronómicos, auténticos gracias a unos procesos de elaboración que siguen los modelos tradicionales. Casos notorios son el del pimiento de Senise, la berenjena roja de Rotonda, las mieles, mermeladas, quesos de oveja y cabra o los embutidos. Fascinados por el contacto directo con una naturaleza ajena a la contaminación y un tanto selvática, el parque del Pollino es una opción para los amantes del trekking y el excursionismo, además de proponer espacios para el alpinismo, el rafting o el descenso de cañones por los torrentes que desgastan su territorio.

Mapa del Parque Nacional del Pollino