El 16 de noviembre, hace apenas unos días los medios de comunicación italianos se hacían eco de un nuevo descubrimiento arqueológico de relieve. En esta ocasión ha salido a la luz un templo romano dedicado a la diosa Diana que se ha fechado entre finales del siglo II y comienzos del III d.C.
El hallazgo se ha producido en las términos del Parque Nacional de Maremma, en la región Toscana y después de dos años de excavaciones se ha confirmado que estaba dedicado a la diosa Diana, la diosa cazadora, frecuentemente reproducida con un perro y un arco y una flecha. De hecho, dentro del espacio excavado que ocupa unos 350 m2 además del templo dividido en siete habitaciones, se ha podido extraer 35 lámparas de aceite, 10 monedas, una escultura de bronce votiva de un can, dos vasos de vidrio y lo más importante: una pareja de esculturas de la diosa Diana y su hermano Apolo.
Según los responsables de la excavación, no no es una casualidad que el templo esté en medio de un espacio natural, alejado de nucleos urbanos. La ubicación está ligada al carácter de la diosa, protectora de la naturaleza y de los animales.
Aún está pendiente una exploración a fondo que permita comprender si se trata de un templo único o si de existen más construcciones en su entorno que permitan aportar más información de su uso