Mantua o Mantova en italiano a medio camino de Milán y Venecia, en la región de Lombardía, aparece en la rivera de los ríos Mincio, Po y Oglio. Constituye una de esas ciudades que quedan a al sombra de los grandes hitos de los circuitos turísticos de Italia. Junto a Verona, Cremona, Modena o Parma (todas ellas a una hora más o menos de distancia) constituye una ruta circular a tener muy presente si ya conocemos Milán, Roma o Venecia.
En Mantua transcurre la trama de la ópera Rigoletto, además de ser cuna del poeta Virgilio y su escenario urbanístico renacentista, promovido por la familia medieval de los Gonzaga sirve de primer motivo para tenerla presente en nuestro viaje por Lombardía.
En 2008 Unesco la premió con el galardón que la reconoce como Patrimonio de la Humanidad (junto a la no muy distante Sabbionetta) y en 2016 ha sido capital de la cultura en Italia, atrayendo inversiones para recuperar su patrimonio artístico y ensalzar la figura de una ciudad en auge. El Festivaletteratura es un evento literario que cada año se repite en la ciudad, siendo un referente nacional en el panorama literario y cultural.
Aunque no seamos apasionados de la música clásica, todo el mundo conoce la aria de Verdi “La donna è mobile”, en la que el duque de Mantua describe la esencia femenina. Al escribir Riggoleto, Verdi sufrió la censura por parte de los gobernantes que aún estaban bajo la órbita y dominio del imperio austrohúngaro. Por eso el personaje que encarna el Duque de Mantua, de la familia Gonzaga, sustituyó al rey Francisco I de Francia, evitando así cualquier crítica a las monarquías.
Que ver en Mantua – De turismo por la ciudad
Sobre el entramado romano y medieval se supo aplicar una nueva concepción urbanística renacentista que absorbió del pasado para florecer una ciudad más completa y de belleza serena. Responsable de esta transformación es la figura del duque Federico II Gonzaga, mecenas del arte y adelantado a su tiempo, como demuestra la protección que dio al gran artista Tiziano.
Plaza Sordello es el espacio más céntrico de Mantua, que ayudado por sus mayestáticas dimensiones (150 metros de largo) se adorna con los edificios más importantes de la ciudad, como el Palazzo Ducal, el Duomo (Catedral de San Pedro), o los Palacios Acerbi (y la Torre de la Gabbia) y el Palacio Bonacolsi. La catedral del siglo XV es estilo románico y en el interior está la tumba de San Anselmo de Baggio, patrono de Matua.
El Palacio Ducal, cuya enorme construcción se inició en el siglo XIII, refleja el poder político y económico atesorado por la familia Gonzaga, quienes estimularon la magnificiencia del Palacio que encontraron cuando lo convirtieron en su residencia. Los Gonzaga, sin ser reyes vivieron como ellos, ejerciendo una influencia que trascendía todos los ámbitos de la vida, comenzando por la cultura, que empujada por el mecenazgo de la dinastía fue acumulado en el Palazzo Ducale hasta que las guerras y la ruina llos levó a dilapidar su patrimonio (por eso hoy el interior no guarda grandes tesoros tangibles). Las huellas arquitectónicas fueron continuas, tanto por fuera como por dentro, con excepcionales frescos de Andrea Mantegna o Pisanello
El complejo del Palazzo Ducal está anexado al Castillo de San Giorgio y la basílica palatina de Santa Barbara. Dentro de uno de los torreones del castillo se reubicó la Camera degli Sposi (Habitación de los esposos), una estancia decorada por completo con frescos de Andrea Mantegna, que presentan a varios ilustres personajes de la Familia Gonzaga. Se tardaron nueve años en finalizar esta obra maestra, culminados con el «óculo», una falsa claraboya donde se asoman unos curiosos personajes que para la época formaban un juego de perspectiva asombroso.
Durante los tres años posteriores al terremoto de 2012 la sala estuvo cerrada al público siendo reabierta con un número reducido de visitas diarias que hacen necesario reservarla con antelación.
Las otras plazas del centro histórico, además de Piazza Sordello, Piazza Broletto, Piazza Erbe, y Piazza Mantegna, parecen vagones adosados en una hilera sucesiva de espacios abiertos que parecen ir compitiendo para que les dediquemos más tiempo, engalanadas por los antiguos palacios.
Al llegar a Piazza Broletto, una de las más coquetas nos detenemos ante el Palazzo del Podestà y la torre comunal, del gobernador medieval de Mantua, el Palacio del Massaro.. En dos pasos llegamos a la Piazza dell’Erbe (es decir de las hierbas) que referencia al mercado que se desarrollaba, encerrada entre edificios que armoniosamente se combinan. Uno de ellos es el palacio della Ragione, con su torre del reloj en un costado, cuyo ingenio astronómico es obra del matemático Bartolomeo Manfredi en 1473.
A su izquierda la iglesia románica de la Rotonda de San Lorenzo flanquea el edificio con su peculiar forma circular. enfrente queda la oficina de turismo de Mantua, y en torno a la plaza edificios con fachadas góticas nos hacen girar 360 grados para admirar la plaza.
Desde una de las esquinas de Piazza dell’Erbe se accede a Piazza Mantegna, a la que se acude para entrar a la basílica de Sant’Andrea, permaneciendo antes frente a la fachada que diseñó Leon Battista Alberti. En el interior además de la tumba del célebre pintor del siglo XV Andrea Mantegna, la leyenda cristiana dice que se custodian las reliquias del cáliz sagrado y la sangre de Jesús, que el soldado romano Longino conservó después de la crucifixión.
Saliendo un poco del centro, hacia el sur, en dirección opuesta al río, nos topamos con los inmensos jardines donde se halla el Palazzo Te, sede del museo de la ciudad y Centro Internacional de Arte y cultura; con exhibiciones de arte bien merecedoras de un vistazo. La obra arquitectónica de Giulio Romano culminó las expectativas de Federico II Gonzaga, con frescos exquisitos como los de la Sala de los Gigantes, la Sala de los Caballos, la Habitación del Amor y la Psique que enaltecen la villa de verano del duque, dedicada al disfrute y la celebración de eventos.
El curioso nombre no guarda relación con la infusión, si no que obedece a un término geográfico del siglo XV, según el cual el palacio está en una de las antiguas islas (Tejeto) en las que se disponía el lago formado por el río Mincio.
Menos habitual en la guía turística de Mantua es el recorrido por el canal (Lungorio ) che corta en dos en centro histórico y que aún recuerda como Mantua está asentada sobre un lago. el tramo que se cruza con la Via Pescheria ofrece un rincón muy fotográfico, además de ser el lugar donde los sábados por la mañana se organiza un pequeño mercado gastronómico.
Dos recomendaciones que hacemos para la visita a Mantua son, el Teatro Científico del Bibiena, ejecución barroca con techos afrescados y palcos de madera, donde allá por el año 1770 (un años después de su inauguración) tocó un genio, un niño de 14 años llamado Wolfgang Amadeus Mozart. Y por otro lado los Amantes de Valdaro (Gli Amanti di Valdaro), dos esqueletos del neolítico, encontrados en 2007 una posición abrazada que invitan a pensar que tuvieron algún vinculo afectivo. Después de un peregrinado de exposiciones, se encuentran en el Museo Arqueológico junto al castillo, complementando una colección de objetos de diferentes épocas.
Otros lugares de interés son las casas del Mantegna, el pintor Andrea Mantegna y la del Rigoletto, el personaje de la ópera de Verdi, que como comentamos en realidad fue la solución del compositor para salvar la censura.
Mapa del centro de Mántua