Sicilia

Catedral de Palermo, soberbio estilo árabe-normando.

“Sin Sicilia, Italia no deja ninguna imagen en el alma. Aquí está la clave de todo.”

La bella Sicilia.

Goethe no exageraba cuando en su paso por Sicilia intentaba comprender las raíces de la cultura clásica. La herencia de fenicios, griegos, romanos, árabes, normandos, aragoneses y catalanes se ha tejido en una alfombra que al desplegarse, va tiñéndose de tonalidades y motivos tan variados como armonizados, en una cosmogonía de sensaciones difíciles de interpretar. El enigma siciliano sólo se puede resolver con la cercanía que nos transmite contemplar algunos de los restos mejor conservados del Mediterráneo.

La isla del Etna.

Los trazos multiculturales de Palermo, la religiosidad extrema de la festividad de Santa Agata en Catania, la grandiosidad del Valle de los Templos de Agrigento, la fogosidad del Volcán Etna, el teatro de los sueños de Taormina, las tradiciones centenarias conservadas en pueblos del interior de Sicilia, la mezcla agreste y paradisiaca de las Islas Eolias, los colores de los mercados sicilianos, herencia de los árabes, o el suntuoso barroco de Siracusa y el Valle de Noto. Todo esto es Sicilia, una de las regiones más interesantes de Italia.

Sicilia cuenta con la mayor densidad de patrimonio Unesco del mundo, pero los atractivos principales del turismo son su gastronomía, sus gentes, su naturaleza y su mestizaje de culturas que ha asimilado la isla.

Palermo y los normandos.

Palermo, capital de Sicilia guarda muchas huellas de su pasado árabe. La ciudad del sultán normando, -que protegió la religiosidad y la cultura de los muslmanes- fue una de las grandes metrópolis del Mediterráneo.

Al este Catania es el guardian del volcán Etna, cuyos destinos han convergido a lo largo de la historia, para lo bueno y lo malo, desde las crónicas de la mitología, con el gigante Polifemo y Ulises luchando en las faldas del volcán.

Siracusa con su bella península de Ortigia donde está la fuente de la ninfa Aretusa merece más de un día porque además de la necrópolis de Pantalica, su parque arqueológico con restos de la Siracusa romana, y la cavidad de la Oreja de Dionisio; su agradable callejero invita a degustar los granizados y helados de Sicilia en las calurosas noches de verano.

De costa a costa, la isla italiana que es bañada por el jónico y el mar Tirreno, cuenta con villas marineras donde enredarnos en las redes de la Sicilia más Mediterránea, como en Cefalú con su impresionante catedral normanda; Trapani y Erice, cuyo crecimiento turístico la ha convertido en una buena base para recorrer Sicilia, y cuyas salinas en la carretera hacia Marsala nos abren a un paisaje de salinas rosaceas.

Y para los más exigentes y curiosos, en la ruta por la isla siciliana hallaremos lugares mágicos como la Fiumara d’Arte en el Valle di Tusa, un museo de esculturas a cielo abierto, que se fusiona con la naturaleza.

De hecho, la naturaleza de Sicilia ocupará un porcentaje alto del tour ya que además del citado Etna están las gargantas de basalto de Alcántara, los montes Nebrodi o Madonie, las salinas de Trápani,  los volcanes de las Eolias, las piscinas naturales de la Cava Grande, o la reserva Vendicari donde conviven aves de todo tipo a salvo.

Necrópolis de Pantálica, en Sicilia.

La isla de Sicilia está plagada de fiestas y celebraciones durante todo el año, cabe destacar las gastronómicas por la calidad de sus productos, que van desde el pistacho de Bronte al queso de Ricotta de Mussomeli o la alcachofa en Cerda; o por sus fiestas religiosas, de las más multitidinarias de Italia como Santa Ágata en Catania, los Misterios de Trápani, o Santa Rosalía de Palermo. Sin olvidar las paganas como una de las más importantes, el festival folclórico de los almendros en Flor en Agrigento; o las representaciones de los Pupi, marionetas típicas de Sicilia.

Con productos de la tierra tan sabrosos es normal que su gastronomía resalte, y por ello no hay que perderse la pasta alla norma, o los postres de la cassata y los cannoli (rellenos de crema de ricotta), o sus vinos dulces como el Marsala o los malvasía de las Islas Eolias.

Guía de lugares imprescindibles de Sicilia en nuestro viaje de turismo

    • Necrópolis de Pantálica
    • Restos fenicios de la isla de Mozia.
    • Templo griego de Segesta.

    • Ciudad medieval de Érice.
    • Catedral de Monreale.
    • Salinas de Trápani.

  • Reserva natural de San Vito lo Capo

 

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