Aquileya fue una de las ciudades más ricas e importantes del Imperio Romano, antes de ser destruida por Atila a mediados del siglo V d.C. La mayor parte de sus ruinas permanecen intactas en los campos de los alrededores y constituyen una importante reserva arqueológica. La Basílica patriarcal de Aquilea, con sus excepcionales suelos de mosaico, es un importante edificio, que desempeñó un papel clave en la evangelización de gran parte de Europa Central.
La zona arqueológica y la Basílica patriarcal de Aquilea forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1998.