«Una vieja frase decía que en Italia entre reformistas y revolucionarios no hay gran diferencia: los primeros no hacen las reformas los segundos no hacen las revoluciones.»
Fausto Bertinotti, político
Esta lapidatoria frase de Bertinotti resume desgracidamente el pensamiento de muchos ciudadanos italianos, decepcionados en parte por sus representantes políticos.
La historía de la política contemporánea de Italia tiene como fecha marcada 1861, cuando se finaliza el proceso de unificación de todos los estados. Víctor Manuel II de la dinastía Saboya fue su primer rey de la recién estrenada monarquía parlamentaria, y en 1946 el último soberano, Humberto II daba paso a una nueva etapa política que cerraba la dictadura e intentaba cauterizar las heridas de la recién acabada segunda guerra mundial. En ese entetiempo se llevó a cabo el primer sufragio universal masculino en 1913.
Desde 1946 Italia paso a convertirse en una República parlamentaria con democracia representativa. Atras quedaba la monarquia y la dictadura fascista de Mussolini hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los italianos depositaba de este modo la confianza en una solución política democrática, hastiados del juego que la monarquía había hecho al fascismo.
Constitución de la República Italiana
La Constitución de la República Italiana nace con su aprobación el 22 de diciembre de 1947, puestaen marcha el día 1 de enero de 1948. Se trata de la primera constitución pura italiana ya que antes tan sólo regía un documento llamado Estatuto albertino, una carta institucional del rey que fijaba una monarquía constitucional como modelo de gobierno.
La república italiana se caracteriza por las dos figuras que tutelan el país. Por un lado el Presidente, Jefe de Estado y encargado de representar la unidad nacional, en principio por encima de las tendencias políticas. Elegido por el Parlamento cada siete años, actualmente es Giorgio Napolitano quién ostenta el cargo. Algunas de sus labores son servir de enlace con las cámaras, marcando cuando se celebran sus elecciones, promulgar las leyes y dictar decretos, nombrar a determinados funcionarios del estado, gestionar los vínculos diplomáticos, tomar el mando de las Fuerzas Armadas, conceder indultos y conmutar penas, otorgar las distinciones honoríficas de la República o disolver las cámaras.
La otra figura sobresaliente es el primer ministro italiano, que viene a ser el mandatario más importante puesto que es nombrado por el parlamento que recoje los votos de los ciudadanos. El cargo que en la actualidad ocupa con más o menos estabilidad Silvio Berlusconi antes lo representaros nombres ilustres de la política italiana como Giulio Andreotti, Aldo Moro, Bettino Craxi, Carlo Azeglio Ciampi, o Romano Prodi.
Como otros gobiernos bicamerales de Europa, Italia cuenta con la Cámara de los Diputados, (630 representantes) y el Senado, (315). Un tercer órgano representativo del poder judicial es el Tribunal Constitucional de Italia que imparte justicia.