El paisaje italiano acoge un gran número de habitats, especies animales y vegetales que lo convierten en uno de los más ricos en biodiversidad de Europa, más de 57 mil especies de fauna y 9 mil entre plantas, musgos y líquenes. Italia alberga un verdadero patrimonio de naturaleza. En sus confines viven un tercio de la fauna europea, la mitad de las especies vegetales del continente, y el mayor número de especies florales.
El 86% de la fauna italiana es terrestre o de agua dulce, el restante marina. Los animales más cuantiosos y variados son los insectos, que de por si ya representan casi dos tercios de su fauna. Entre animales y fauna, unos cinco mil son endémicos, e incluso hay especies sólo presentes en Italia (como algunas vegetales en la isla de Lampedusa, el ciervo de Cerdeña, la liebre de los Apeninos, la «salamanda con gafas» o el abeto de Nebrodi en Sicilia).
La razón de tamaña concentración de especies en Italia se debe en parte a la favorable posición geográfica, y la conformación geomorfológica de la península, que a lo largo de millones de años ha permitido que la fauna y la flora hayan evolucionado dando lugar a especies con características únicas y valiosas en términos de biodiversidad. Tengamos en consideración que Italia ocupa un espacio estrecho y alargado, donde predominan las montañas y colinas, con climas heterogéneos, y circundado por el mar en más de 7.500 kilómetros de costa. Esta «suerte natural» ha contribuido de forma determinante a la proliferación de la vida ..
Italia es un brazo que sale de la masa continental europea ejerciendo de puente con África, y representando un rol importante como refugio de especies en el tránsito entre el norte de Europa y el sur del Mediterráneo.
Lamentablemente, al igual que sucede con España, la biodiversidad en Italia está seriamente amenazada y existe riesgo de perder para siempre la variedad que la distingue. Actualmente está en peligro de extinción el 68% de los vertebrados terrestres, el 64% de los mamíferos, el 76% de los anfibios, el 69% de los reptiles, y con especial peligro el 88% de los peces de agua dulce. La situación no es mejor para la flora que ha perdido ya especies de algas, líquenes y helechos.
El retroceso ha sido constante pero acelerado desde la segunda mitad del siglo pasado. Las áreas más dañadas han sido las de zonas húmedas y bosques de llanura, pero en general, la mayoría del territorio ha vivido acciones invasoras por parte del ser humano. Baste un dato, hoy en día Italia posee tan sólo el 10% de la flora, la fauna y los ambientes naturales que existían en la época romana. Desde la Edad Media las zonas húmedas se han reducido en el 90%, ningún bosque sigue siendo virgen, se han introducido especies que han fagocitado las indígenas.
Las razones y los causantes de este panorama pesimista no hay que buscarla lejos, la acción del hombre, las actividades industriales, junto a la presión demográfica han llevado a limitar los espacios que antes ocupaban libremente animales y plantas. Afortunadamente la gestión de las reservas naturales y la creación de una red de parques donde se fomenta la educación en la ecología y el cuidado y respeto de las especies autóctonas.