Roma es sin duda una ciudad llena de magia y de rincones por descubrir. Tanto si es la primera vez que visitamos la ciudad, o si ya hemos disfrutado del encanto de Roma en otras ocasiones, es recomendable planificar una ruta en función del tiempo del que disponemos y de los lugares que nos apetece ver. En esta sección, ofrecemos una serie de rutas, excursiones y visitas guiadas por Roma que van desde las más básicas para conocer la ciudad, hasta las rutas más singulares.
Ruta 1. Conociendo Roma
Comenzaremos nuestra ruta en Piazza Venecia, donde encontramos el Museo Palazzo Venecia que reúne una magnífica colección de antigüedades bizantinas y piezas de arte de la primera etapa del Renacimiento. Llama la atención el gran monumento monolítico Altar de la Patria o Vittoriano, levantado en honor al primer rey de Italia Victor Manuel II y que conmemora la unificación del país. Este monumento es conocido como la “Máquina de escribir”, y en su parte posterior se encuentra el Museo Centrale del Risorgimento A la derecha encontramos una escalinata que nos lleva a la Piazza del Campidoglio, corazón de Roma, que alberga la sede del Ayuntamiento en el Palazzo Senatorio. Esta increíble plaza y la escalinata, fueron diseñadas por Miguel Ángel. La Piazza del Campidoglio se alza sobre una de las colinas más famosas de la época romana, mostrándonos además el Palazzo Nuovo y el Palazzo Dei Conservatori, que albergan los Museos Capitolinos.
En este punto podemos conocer la iglesia de Santa María in Aracolei, que data del siglo XVII y contiene un interesante fresco de Pinturicchio. Muy cerca tenemos también la Cárcel Marmetina.
Los siguientes puntos de interés nos transportan a dos mil años atrás a través de la Via dei Fori Imperiali, que nos deja un legado arqueológico de la antigua metrópolis único, ya que a un lado de la vía tenemos los Foros Imperiales, y al otro el Foro Romano. Esta misma vía desemboca en el símbolo de Roma por excelencia, el Coliseo. A los pies del anfiteatro romano, a un lateral, vemos el Arco de Constantino, que se encuentra de camino al recinto del Palatino. Se trata de una importante zona arqueológica que ocupa el emplazamiento más antiguo de la ciudad. En el sur del emplazamiento se sitúa el Circo Massimo, al cual se accede por la Via di San Gregorio. Al otro lado, tenemos la colina del Aventino, que alberga la Iglesia de los Santos Bonifacio y Alessio, la Iglesia de Santa María del Priorato, y el Jardín de los Naranjos, en Via de Santa Sabina. Desde aquí disfrutaremos de unas maravillosas vistas al Tíber y a la ciudad.
En el Circo Massimo se puede coger el autobús 81, dirección Malatesta, que nos lleva hasta San Giovanni in Luterano, la catedral y la primera basílica cristiana, que fue construida bajo las órdenes de Constantino en el año 313, aunque su fachada es barroca. Desde la plaza podemos tomar el autobús 218 hacia la Via Appia Antica, la muy bien conservada calzada romana, que parte cerca de las Termas de Caracalla, en Porta de San Sebastiano, y llega hasta el sur del país.
Si seguimos esta via, descubriremos la Iglesia del Domine Quo Vadis, el circo Massenzio, el Mausoleo de Cecilia Metella y las Catacumbas cristianas se San Calixto, San Sebastián y Santa Domitila.
Ruta 2. Tour por el Centro histórico de Roma
Una de las características de Roma son los grandes parques que encontramos mientras paseamos por el centro de la ciudad. Estos parques a menudo tienen sus correspondientes villas, construidas por la nobleza romana. Como ejemplo, comenzaremos nuestra ruta en Villa Borghese, en pleno centro de Roma (Viale San Paolo del Brasile). Se trata de un espectacular recinto que alberga árboles centenarios, peculiares estatuas y palacios, donde encontramos la Galleria Borghese. En este parque tenemos también la Casa del Cinema, el Cinema dei Piccoli y el Bioparco. Al oeste del recinto están los jardines del Pincio, en la Piazza Napoleone I, desde donde llegamos a la Piazza del Popolo, creada a manos del arquitecto Valadier en el siglo XIX. Esta plaza se caracteriza por el gran obelisco Flaminio, de origen egipcio, por la Iglesia de Santa María del Popolo, tesoro renacentista, y por las basílicas gemelas de Santa María dei Miracoli y de Santa María dei Montesanto, diseñadas por Carlo Rainaldi.
A continuación, tenemos la Via del Babuino, una de las calles más ricas de Roma. Al final de la via, encontramos la Piazza di Spagna, con su inconfundible escalinata y un ambiente único. Presidiento toda la escena, se encuentra la Iglesia de Trinità dei Monti y el obelisco Salustiano. Bajo la escalinata, la fuente de la Barcaccia abre paso a la Via dei Condotti, con los negocios más lujosos de Roma. Desde aquí llegamos a la calle comercial de Via del Corso, que une la Piazza del Popolo con la Piazza Venecia. Si recorremos esta calle, pasamos por tesoros increíbles, como la iglesia del siglo V de San Lorenzo in Lucina, las plazas del Parlamento y de Montecitorio, y la Piazza della Colonna. Esta útlima plaza es también conocida como Antonina y se mando construir en el 180 a.C. para conmemorar las victorias de Marco Aurelio. En esta plaza está el Palazzo Chigi, residencia del primer ministro de Italia.
Si callejeamos un poco llegamos a la Piazza della Rotonda, donde está el Panteón, cuya majestuosa silueta ha permanecido inalterada tras dos mil años de actividad. La plaza se caracteriza por la fuente de Giacomo della Porta, con un obelisco de la época de Ramsés II. A pocos pasos, en la Piazza della Minerva, encontramos otro obelisco con un elefante en su base diseñada por Bernini, conocido como el Elefantino. Muy cerca, encontramos la Piazza Navona, que en su origen fue un estadio construido por Dominiciano en el año 86 d.C, y restaurado por Alejandro Severo. En 1477, se instaló el principal mercado de la ciudad (trasladado cuando se concluyó la Fuente de los Cuatro Ríos).
Si volvemos a la Via del Corso y cruzamos por la Via delle Muratte, nos topamos entre edificios a la popular Fontana di Trevi, donde miles de personas siguen la tradición de la Dolce Vita de Fellini y lanzan una moneda a la fuente.
Ruta 3. Un paseo por el ghetto judío de Roma
Comenzaremos nuestra ruta por Roma en el Area Sacra di Lago Argentina, en la Via di Torre Argentina. Estamos ante los restos de cuatro templos de época republicana, que se descubrieron en la década de 1920 mientras se realizaban unas obras. Actualmente podemos ver a centenares de gatos que habitan en la zona arqueológica.
Si nos dirigimos hacia el sur encontramos la Fontana delle Tartarughe, una curiosa fuente que representa a cuatro chicos levantando tortugas para meterlas en un tazón. Se dice que fue diseñada por Taddeo Landini en 1585 bajo el encargo del duque Mattei.
Cuando llegamos a la Via del Portico d’Otavia, tenemos a la derecha la Casa de Lorenzo Manilio, construida en 1468, y el Antiguo Forno del Ghetto, en la Piazza Costaguti. Atravesando la Piazza delle Cinque Scole, llegamos al Palazzo Cenci. El area donde se encuentra el Palazzo Cenci era conocida como el Campo Judeorum en la Edad Media ya que muchos judíos se mudaron allí desde Trastevere. Siguiendo nuestro camino, podemos retroceder hasta Via del Portico d’Ottavia y dirigirnos hacia el Portico d’Ottavia al final de la calle. Estos evocadores restos formados por columnas, eran la entrada a una enorme plaza con columnatas edificadas por Augusto en el año 23 a.C.
Pasando bajo el pórtico hasta Via di Sant’Angelo in Peschiera, donde encontramos una iglesia con el mismo nombre. A la derecha, podemos disfrutar de una hermosa vista del Teatro di Marcello, creado por Baldassare Peruzzi en el siglo XVI, un palacio renacentista sobre los restos de un teatro construido por Augusto en el siglo I a.C.
Si volvemos atrás y giramos a la izquierda, encontraremos el Museo d’Arte Hebraica y la sinagoga. Dicho museo, situado en la calle Lungotevere dei Cenci 15, nos muestra la herencia histórica, cultural y artística de la comunidad judía de Roma.
Para finalizar el paseo, podemos cruzar la calle por el Ponte Fabricio, que nos lleva a la Isola Tibertina, la isla habitada más pequeña del mundo. Al otro lado de la isla nos esperan los tesoros del Trastevere.
Ruta 4. Excursión a Ostia Antica
Esta ruta nos aleja del centro de Roma para sumergirnos de lleno en la antigua ciudad fundada en el siglo IV a.C. por el rey Ancus Martius. Ostia Antica se encuentra en la desembocadura del río Tíber, y fue la primera colonia de Roma. Por este motivo, Ostia fue un centro estratégico en cuanto a defensa y comercio. Mercaderes, esclavos y marineros poblaron la ciudad, distinguiéndose así de las ruinas de Pompeya, donde vivían clases dominantes. En Ostia, podemos conocer el modo de vivir de la ciudad romana en la época de la República y el Imperio.
Pero Ostia, después de 6 siglos de prosperidad como principal puerto de Roma, fue abandonada tras las continuas invasiones bárbaras y la propagación de la malaria. Ostica Antica fue cubierta por una capa de arena con el paso de los años, y quedó sepultada bajo la sal del río, manteniendo la ciudad en perfecto estado.
Para comenzar nuestra ruta por Ostia Antica, a unos 25 km de Roma, debemos coger el tren Lido hasta Ostia Antica (25 min).
Una vez en Ostia, necesitaremos una excursión de varias horas para conocer esta fantástica ciudad y sus ruinas, esparcidas por una gran extensión de terreno. A la izquierda de la entrada a la ciudad, tenemos la necrópolis, en la que podemos observar varias sepulturas. La calle principal, que originariamente llevaba al mar, es la Decumanos Maximus y tiene 1 km de longitud. Esta calle tiene su inicio en Porta Romana y su fin en Porta Marina.
En las ruinas encontramos el teatro, mandado construir por Agripa, arquitecto del Panteón romano. Detrás del teatro, tenemos el Foro delle Corporazioni, donde se congregaban los gremios mercantiles de Ostia, y donde podemos observar mosaicos sobre las actividades comerciales de la zona.
A 200 metros, se ubica la Casa di Diana, del siglo II, ejemplo de la construcción en forma de colmena que se levantó por falta de espacio. Estos edificios de tres plantas alcanzaban los 18 metros de altura. Muy cerca de Casa di Diana, encontramos lo más parecido a un bar en la actualidad, el Thermopolium o «Venta de bebidas calientes», que conserva una barra de mármol y el horno.
En nuestra ruta por Ostia encontramos varios complejos termales, entre los que destacamos: Terme del Mitra, Terme dei Sette Serpenti, Terme dei Cisiarii y las Terme della Marciana. Las Terme del foro disponían de letrinas públicas hechas con piedra, que se conservan en muy buen estado.
Para terminar nuestra ruta por Ostia Antica, podemos visitar el Museo Ostiene, que alberga estatuas y sarcófagos en buen estado de conservación.