Resulta sorprendente como una película o un libro pueden traspasar la ficción para conseguir que una leyenda, o la inspiración del mayor dramaturgo inglés, William Shakeaspeare, pueda convertir un lugar presumiblemente normal, en un foco turístico de peregrinación, admiración y fascinación tan grande como la Casa de Julieta de Verona.
La leyenda de esta casa, con su famoso balcón, tiene su origen en el primer diálogo de la obra “Romeo y Julieta”, donde los amantes cuyo destino ya está escrito de antemano se juran amor eterno.
La creencia popular (cimentada con el lucroso negocio que ha generado) identifica los Capuletos de Shakespeare con los Del Cappelo, familia de nobles de Verona, propietaria ya desde el siglo XIII del edificio cuyo escudo está esculpido en el arco interior del patio.
El éxito de una de las obras de teatro más representadas a lo largo de la historia fomentó que la supuesta casa de Julieta se convirtiera en uno de los lugares símbolos de Verona, meta diaria de centenares de visitantes de todo el mundo que aquí quieren rendir homenaje al amor en toda su extensión.
La residencia medieval fue restaurada por Antonio Avena, añadiendo la ventana gótica y el balcón a principios del siglo XX. El mito vive gracias a decenas de miles de visitantes que dejan sus mensajes de amor pegados en las paredes de la entrada, en todos los idiomas y con declaracions de todo tipo. Los mensajes son retirados dos veces al año, antes del 14 de febrero (día de San Valentín) y el 17 de septiembre (cumpleaños de Julieta).
Visita a la Casa de Julieta y su balcón
La entrada a la Casa de Julieta es en parte gratuita. Desde el patio podemos observar el balcón, y entrar en la tienda para llevarnos un recuerdo (el merchandising de Romeo y Julieta es infinito).
Para los más curiosos que quieren una foto asomados al balcón hay visitas guiadas que muestran el interior de la casa medieval, donde hay expuestos muebles del siglo XVI-XVII, frescos sobre la historia de Romeo y Julieta, vestidos de época, y cerámicas del Renacimiento veronés.
En el patio de la casa se halla la estatua de bronce de Julieta, de Nereo Costantini. Prácticamente hay que hacer cola para sacarse una fotografía con la estatua, eso si, tocando su seno, ya desgastado. La tradición dice que si lo haces volverás a Verona, y seguramente encontraras el amor verdadero, o al menos a algún Romeo italiano.
La casa y el balcón de Julieta se hallan en vía Cappello 23, a poquísimos metros de la Piazza delle Erbe, y se puede completar con la visita a la tumba de Julieta (recordemos que es ficción). Como llegar al balcón y mapa