Bríndisi

Torre romana en el paseo marítimo de Bríndisi
Torre romana en el paseo marítimo de Bríndisi

Bríndisi, la puerta del Salento, la subregión que pertenece a la región de Puglia, o como todo el mundo la conoce, el tacón de la bota de Italia.

Historia de Bríndisi

Fundada según testimonios del historiador clásico Estrabón por la civilización mesápica , anterior a la llegada de los romanos, allá por el siglo VIII a.C. el asentamiento de Brunda sedujo rápidamente a los romanos por las características defensivas de su puerto, con una ensenada formada por dos brazos de tierra que se cierran formando un puerto natural de aguas profundas. Convertida ya en Brundisium, la urbe creció gracias al comercio marítimo con Oriente, siendo el punto final de la Vía Appia y la Vía Trajana, la calzada que llegaba desde el sur de Italia hasta Roma.

Sobre la ciudad que pisamos hoy, una Bríndisi moderna, con un centro histórico reformado, agradable para pasear y degustar la excelente gastronomía local; caminó el celebre Cicerón, exiliado de la capital. Y siglos más tarde, los normandos fortificaron la plaza antes de emprender la invasión de Sicilia. Desde el puerto partían numerosas expediciones con dirección a próximo Oriente, a la vez que grupos de judíos zarpaban rumbo a Tierra Santa. También desde el puerto embarcaron los cruzados, especialmente los dela orden de los Templarios, como atestiguan los numerosos edificios religiosos patrocinados por ellos, siendo un ejemplo bien conservado los arcos del pórtico de los Caballeros templarios en la plaza de la Catedral.

Enclave estratégico, Bríndisi siempre fue una pieza en el diálogo entre Oriente y Occidente, y ejemplos de ello son las bodas celebradas entre el príncipe normando Roger e Irene, la hija del emperador de Constantinopla en 1192; o la de Federico II con la Reina de Jerusalén en 1225.

Tras los normandos angevinos y aragoneses dirigieron los designios de Bríndisi, dotando al urbanismo de se carácter defensivo que hoy se distingue con las murallas, bastiones y el castillo.

La importancia del puerto de Bríndisi se observa tanto en la literatura, con por ejemplo el paso del grupo de viajeros de la novela de Julio Verne «La vuelta al mundo en ochenta días», como en la propia historia contemporánea, viendo pasar a Gandhi, o al mismo rey de Italia Vittorio Emanuele III, que durante unos meses vivió aquí, siendo Bríndisi la capital de Italia durante parte de la segunda Guerra Mundial. De hecho, los bombardeos de la guerra la dejaron seriamente dañada, pero salta a la vista que se ha restaurado de forma que los desastres ya están olvidados.

La ventaja del centro de Brindisi es que su tamaño manejable nos permite recorrerla en prácticamente una mañana, saliendo desde la Plaza Vittoria por Via Santi hasta el Palazzo Granafei-Nervegna, para luego retroceder hasta el edificio del nuevo teatro Giusseppe Verdi. Continuaremos por Via Camassa hasta la iglesia de San Giovanni al Sepolcro, para seguir la visita a la Corte de los Artesanos. Si seguimos por Via G. Tarantini acabaremos en la plaza de la Catedral. Después de la visita al Duomo atravesamos el arco que nos conduce por Via Colonne hasta la escalinata donde se alza la columna romana, imponente mirando al puerto.

Las Columnas romanas

Aunque es cierto que hasta que no estamos a los pies no percibimos que se alzaban dos columnas gemelas, este punto donde hoy se erige la columna que tanto distingue Bríndisi, era el punto final de la Via Appia, punto de partida hacia Oriente. La columna que falta se derrumbó en el siglo XVI y después de un siglo de custodio se donó a la ciudad de Lecce para erigir un monumento al Santo Oronzo.

La columna no es el único testimonio de las importantes infraestructuras romanas con las que contó la ciudad, y es habitual que con cada excavación del centro histórico aparezcan nuevos vestigios.

Catedral de Brindisi
Catedral de Brindisi

La Plaza del Duomo y la Catedral

La plaza de la catedral reúne alguno de los monumentos más importantes de la cristiandad de Bríndisi, empezando por la catedral consagrada a S. Giovanni Battista, fundada en el siglo XI -por Ruggero, el normando que se coronó rey de Sicilia- pero que debido al terremoto de 1743 fue reconstruida. Su planta medieval y su pavimentación nos hablan de su longevidad, y del paso de cruzados y peregrinos hacia Tierra Santa. El propio Duomo también alojó al emperador suevo Federico II en sus segundas nupcias, con Jolanda de Brienne en el año 1225.

Desde fuera observaremos a la derecha el palacio barroco del obispo y del Seminario, obra de Mauro Manieri en 1720, con un balcón donde ocho figuras representas las ciencias Matemáticas, Ética, Teología, Filosofía, Derecho, Poética, Armonía y Oratoria. Actualmente el palacio es sede del Museo Diocesano G. Tarantini.

A la izquierda de la catedral, junto al pórtico donde se ve la crucería ojival con piedras de dos colores, al estilo angevino-suevo. Por aquí se accede al museo Arqueológico, con interesantes piezas que van desde la prehistoria hasta piezas romanas halladas bajo las aguas del puerto.

Cerrando el conjunto, aunque ya en Via Tarantini está la Loggia Balsamo (siglo XIV), con su bella balconada con nueve ménsulas que muestran figuras alegóricas, y que debía formar parte de un gran edificio.

Detrás de la plaza de la catedral está la plaza de Santa Teresa (con su iglesia homónima), que forma un conjunto arbolado que culmina con el Monumento a los Caídos y la Fuente del Imperio. Desde el mirador se ve parte del puerto, y en concreto el barrio de Sciabiche, un término árabe que se refiere al tipo de redes y barcas de bajura.

Volviendo al centro podemos atravesar el Rione Schiavoni, un barrio construido sobre una parte importante de restos romanos como se ha testimoniado con las recientes excavaciones que han sacado a la luz un complejo termal y una domus romana con el pavimento de mosaico, además de restos de las calles romanas. En esta zona se ubica el Nuevo Teatro Verdi, y el Palazzo Granafei Nervagna, un destacado edificio renacentista. Sin ir muy lejos podemos ver entre las calles la cúpula policromada de la iglesia de San Michele Arcángel, conocida como Chiesa delle Scuole Pie.

Sin contar al nuevo teatro, de una arquitectura de dudoso gusto, el edificio más peculiar el el templo de San Giovanni al Sepolcro, una iglesia circular, que reproduce la rotonda del Anastasis, en el interior del complejo del Santo Sepulcro de Jerusalén. el estado de los frescos no permite distinguir sus motivos, pero atestigua la importancia que tuvo el edificio en una época en la que Bríndisi era una puerta entre dos mundos. Levantada por el normando Boemundo de Altavila, fue sede de los caballeros templarios hasta la supresión de su orden. En San Giovanni se celebraron encuentro culturales en los que participaron el poeta Tagore o el mismo Mahatma Gandhi.

Otro enclave destacado de la ciudad es el castillo suevo, un deseo de Federico II que en 1227 llevó a cabo una costrucción de una fortaleza al estilo trapezoidal de la época, si bien sufrió cuantiosas remodelacionales con la llegada de los aragoneses, especilamente con la nueva línea de muros defensivos y los torreones en las esquinas. Sede de la Marina militar hoy en día, sólo se puede visitar bajo petición a la comandancia marina.

La zona más agradable para los paseos de media tarde, regados por un buen helado, es el Lungomare, el paseo marítimo donde brillan algunos de los edificios más ilustres como el monumento a los marinos de Italia, en el lado opuesto de la bahía, inaugurado por el rey Vittorio Emanuele III en 1933, y que custodia en su cripta santuario los restos de los marineros muertos en las guerras desde la unificación de Italia.

Otros edificios son el palacio Montenegro (siglo XVI), o el Hotel Internacional, símbolo del explendor que en siglo XIX (especialmente entre 1870 y 1914) tuvo el tránsito de pasajeros, mercancías y correo postal que con la apertura del Canal de Suez, salían en tren desde Londres hasta llegar a Bríndisi, para embarcar aquí hacia las Indias. La compañía Peninsular and Oriental Steam Navigation Company con sede aquí, albergaba en el Hotel a los personajes ilustres de la Clase alta británica.

Para acabar mencionamos las iglesias de San benedetto, San Paolo Eremita, la Chiesa del Cristo, Santa Lucia y Santa Maria del Casale.

Mapa de Brindisi. Haz click para verlo en grande

Oficina de Turismo

La oficina de turismo está en en Viale Reina Margherita 44, es decir en el paseo marítimo, justo a la derecha de la escalinata donde se eleva la columna romana. En las oficinas nos ofrecerán mapas e información turística de Brindisi y de la provincia.

La provincia de Brindisi cuenta con una red de rutas verdes habilitadas para el tránsito en bicicleta, y que recorren un vasto territorio que va desde el litoral del mar Adriático, pasando por espacios de gran interés histórico como la Via Trajana, la parte oriental del valle de Itria o la calzada romana de la Via Appia, la carretera romana más antigua del Imperio.