Lombardía y su capital gozan de buena salud gastronómica. Algunos de los alimentos bases como la leche,crema, mantequilla, mascarpone, queso y ricotta forman las bases de muchos platos típicos.
Especialidades de la gastronomía lombarda son el risotto giallo o zaferano (con azafrán), el ossobuco, el jarrete de ternera con el hueso, la Cotoletta di vitello alla milanese, la chuleta de ternera fina y empanada, el salame en todas sus variedades (embutido), las sopas de verduras, la polenta en sus múltiples combinaciones y de postre o recuerdo el conocido panettone, con su peculiar forma de campana.
Aunque la pasta está deliciosa, la cocina milanesa es experta en rissotos. El «risotto alla milanese» o risotto giallo por el color del azafrán se sirve con queso Parmesano espolvoreado por encima, y es uno de los primeros platos más populares.
Como segundos podemos optar por la «buseca», unos potentes callos cocinados al vino con cebolla, salvia, perejil y hojas de laurel; la Cassöla – un guiso de carne y vegetales, la Cotoletta – chuleta de ternera rebozada- o el Ossobuco de ternera estofada.
Si bien Milán es conocida por las tapas de sus bares, para degustar en profundidad los plastos y la gastronomía autóctona hay que buscar un restarante donde comer.
